CLAVES DE LA EXCELENCIA (II)

Según la OCDE en España se trabaja más que en Alemania. ¡Bien! ¿O no? Porque tenemos mucho más paro (más del 20% frente al 7% alemán) y nuestra productividad está por los suelos… A ver si va a ser porque hacemos algo mal…
No se trata de trabajar más horas que los alemanes, que lo hacemos, sino de aprovechar bien las horas laborales. He vivido en Baviera y lo he visto: se saben divertir y tienen mucho tiempo libre. Eso sí, cuando están en el trabajo, trabajan; no hacen pausas largas para tomar café, fumar un cigarrillo, hacer recados o chatear en internet (Es curioso cómo la cantidad de correos electrónicos y mensajes en facebook disminuye estrepitósamente fuera del horario laboral). En lo que respecta a nuestra profesión no creo que ninguno de nosotros meta horas en el despacho para justificarse ante ningún jefe; nadie como los profesionales liberales para saber lo que es la flexibilidad de horarios por ausencia de los mismos. La clave sería aprovechar al máximo el tiempo de horario “normal” para ganar en tiempo libre y, por ende, calidad de vida.

¡Y se puede!

No se trata de estar disponible para el cliente el mayor número posible de horas al día. Entre nosotros hay ya muchos ejemplos en los que el horario de atención al público se ha reducido sin menoscabo de la calidad de esta atención ni de su cartera y es vox populi lo que cunde el tiempo para redactar actas, realizar las cuentas y hacer gestiones sin las interrupciones continuas de visitas y el teléfono. Tareas todas ellas fundamentales para dar un servicio de calidad a los clientes, es decir, las comunidades de propietarios.

Tampoco se trata de meter horas para sacar el trabajo adelante, pues este nunca se acaba. Se trata de que hagamos bien nuestro trabajo y en el menor tiempo posible. Lo asombroso es que se puede y el resultado del mismo es de mayor calidad.

Por eso continúo con las claves del éxito profesional.

La clave número cuatro: Compromiso con la excelencia. Trabajemos pensando en convertirnos en el mejor administrador de fincas, el más eficaz. Para ello debemos pensar en qué nos convertirá en uno de los mejores administradores de fincas de Cantabria: formación continua, servicio de calidad, seriedad y confianza.

Este proceso de mejora contínua verá su reflejo en unas mejores condiciones laborales y también personales. Nos sentiremos más a gusto con nosotros mismos, tranquilos, satisfechos y orgullosos.

Clave quinta: ama tu trabajo. Lo ideal es dedicarnos a lo que más nos gusta, cualquier profesión. Sólo así la desarrollaremos como nadie. Pensemos en nuestro trabajo ideal. A eso debemos dedicarnos. De ese modo realizaremos nuestra labor con entusiasmo, mejoraremos continuamente en ella, los resultados serán óptimos y no tendremos la sensación de haber trabajado ni un día.

Siendo realistas, pocos han elegido dedicarse a su profesión vocacional. Discutir sobre este error no es cuestión de este artículo así que si hemos elegido ser administradores, hagámoslo con pasión. Es la única manera de hacerlo bien.

Clave número seis: Aprovecha el tiempo. Esta clave enlaza con el comienzo del presente artículo. ¿Qué puedo hacer para que cada hora esté más aprovechada? Una técnica empleada por la mayor parte de los directores ejecutivos de las empresas con más éxito es la siguiente: cada noche sentarse solo y en silencio a hacer un balance del día. Diez minutos, no más. Y otros cinco para planificar el día siguiente. El balance para analizar si hemos cumplido los objetivos del día y lo que hemos hecho pero es mejorable y la planificación para maximizar el aprovechamiento del tiempo.

A ser posible, planifiquemos cada hora y cumplamos ese planning (Sería tema de otro seminario el cómo desarrollar esta dinámica). Cojamos papel y lápiz y construyamos la agenda. Después, respetemos lo escrito, luchemos por ajustarnos a los horarios (ya llegarán los imprevistos) sin interrupciones. Por supuesto, ordenemos las tareas en una lista (papel y lápiz, siempre) en función de su urgencia e importancia, que no es infrecuente acometer primero aquello que nos resulta más fácil.

La séptima clave es la formación permanente. Nuestra mente es un músculo y está demostrado que no pierde facultades con la edad sino con la falta de ejercicio. Apenas aprovechamos el 15 % de nuestro cerebro así que nos queda mucho para exprimirlo.

Para ello dediquemos media hora diaria a leer sobre nuestro campo. Artículos, normativa, jurisprudencia, casuística… Algunas de nuestras dudas se solucionarían antes de encontrarnos con ellas. Muchas incidencias en las comunidades dejarían de ser incógnitas y estaríamos preparados para resolverlas o saber a dónde acudir para ello. También debemos asistir a todos los cursos y seminarios que podamos. Esos encuentros con profesionales y compañeros, además de un foro donde compartir inquietudes y experiencias, constituyen una fuente de aprendizaje y actualización infravalorada. Y aprendamos de todo, también de materias que no estén, a priori, ligadas a nuestra profesión.

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