CLAVES DE LA EXCELENCIA (I)

Abandono ahora el tono irónico y sarcástico de otros artículos para ofrecer a todos los administradores de fincas unas claves para conseguir el éxito profesional que me transmitieron hace años. Son claves válidas también para la vida personal. El seminario al que asistí en Chicago era de un gurú empresarial o coach al que no creo que puedan asistir muchos de mis compañeros y las comparto, también, por dos razones: primera, porque ofrecer la fórmula de la alquimia al que no está preparado como aprendiz de alquimista es como regar la piedra. Quiero decir, que lo que voy a contar sonará a algo conocido y casi evidente para el que lo va a aprovechar y el que no, ni siquiera creerá que estas claves funcionen. Y la segunda razón es que si la competencia está preparada y es buena, aunque sea competencia está mejorando la imagen de mi profesión.

Primera clave: Piensa en grande. Siempre se ha dicho que el primer obstáculo entre nosotros y nuestros sueños somos uno mismo. Es cierto. Pero vayamos paso por paso. Pensemos en grande, tengamos grandes proyectos, imaginemos nuestro despacho como desearíamos que fuese. ¿Cuántas comunidades administradas? ¿Cuánto personal contratado? ¿Cúantas horas de trabajo? ¿Qué configuración tendría el despacho? No pongamos límites.

Imaginémonos a nosotros mismos dentro de cinco años. Nuestra vida es perfecta. ¿Cómo la vemos? ¿Cómo es el trabajo? ¿Mi casa? ¿Cuánto gano? ¿Cuánto tengo ya ahorrado? Cuanto más definida y clara sea la imagen mejor, antes nos aproximaremos a ella. Está demostrado que el tener grandes sueños mejora el concepto que tenemos de nosotros mismos y aumenta la confianza derivada de ello. Deberíamos preguntarnos lo siguiente: si tuviésemos la certeza de no fracasar, de conseguir el éxito en alguna cosa de la vida, la que sea, ¿cuál sería? ¿A qué nos dedicaríamos? Pues escribamos en papel ese sueño y comencemos a imaginar que lo hemos logrado. Soñar es gratis, ¿no? Pues, de momento, permitámonos soñar.

Lo siguiente es dar un paso. Como dijo Confucio, un viaje de mil leguas comienza con un simple paso. Avancemos en esa dirección. Hoy nos parece lejano e inalcanzable pero nadie nos ha pedido estar ya allí.

La segunda clave es que el ser humano acaba convirtiéndose en aquello en lo que piensa la mayor parte del tiempo. Es como cuando conducimos –los hombres, que las mujeres pueden hacer más de una cosa a la vez, como bien sabemos– y giramos la cabeza para mirar a un lado u otro de la carretera. Sin querer el coche irá desviándose hacia el lado que estamos mirando.

La gente que tiene éxito profesional –y personal– suele estar pensando en sus metas casi todo el tiempo. Esa imagen permanente actúa de catalizador de sus actos y, de manera inconsciente, estará desarrollando actitudes tendentes a acercarse a esas metas. Cuando mira hacia atrás al cabo del tiempo se da cuenta todo lo que ha avanzado sin darse cuenta.

Hay que ponerse metas, fijar plazos, establecer un plan para conseguirlas y actuar. Cada día hacer algo que nos lleve en dirección a esas metas. Como administrador de fincas, ¿cuál es esa meta ideal? Pues manos a la obra, con el mazo dando.

Tercera clave: seamos responsables activos. Como autónomos que somos tenemos consciencia de que nuestro trabajo depende en gran parte de nuestro esfuerzo, nadie nos regala nada. Antes al contrario. Pues ahondemos en este aspecto. Mantengamos la convicción de que somos los que tenemos el timón entre manos. En vez de esperar a que las cosas sucedan hagámoslas suceder. Tomemos las riendas de todo lo que nos rodea, seamos activos, anticipémonos a los clientes –las comunidades–, tomemos la iniciativa. Incluso cometiendo algún error nos sentiremos mejor si hemos sido nosotros los que dimos el paso. Asumamos la responsabilidad de nuestro éxito profesional, financiero y personal.

Como es evidente, estas pautas apenas están señaladas. Hay que desarrollar y concretar cómo cumplirlas, pero no es posible resumir todo un seminario en un par de artículos. En el siguiente, continuaré con alguna más.

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